1 Muchos son, SEÑOR, mis enemigos; muchos son los que se me oponen,2 y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará.» Selah3 Pero tú, SEÑOR, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza!4 Clamo al SEÑOR a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. Selah5 Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el SEÑOR me sostiene.6 No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier.7 Levántate, SEÑOR! Ponme a salvo, Dios mío! Rómpeles la quijada a mis enemigos! Rómpeles los dientes a los malvados!8 Tuya es, SEÑOR, la salvación; envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah